Su alegría y entusiasmo por conocer el mundo en dos ruedas traspasa la conversación por medio del teléfono móvil. Evelyn Manga tiene esa chispa de energía que la hace única a sus escasos 25 años.

La barranquillera cuenta y describe todas las aventuras que ha vivido junto a tres dos amores: la bicicleta, la viola y su novio Álvaro González.

“Yo nací en Barranquilla, mi familia es de allá, cuando estaba pequeña viví en Malambo, y cuando entré en la adolescencia me mudé a Panamá, ahí estudié un tiempo, pero luego regresé a Colombia, donde empecé a viajar de mochilera y conocí a mi novio que es de España”, contó Evelyn en entrevista con Zona Cero.

Fue su punto de inicio. “Me animó mucho, pues él ya estaba haciendo un viaje en bicicleta, y me lancé también con él”.

Desde hace dos años comenta Evelyn que inició un viaje de mucho sacrificio, pero el doble en satisfacción, pues ha conocido diferentes culturas y la bondad de la gente.

“Nosotros nos vinimos a México y empezamos el recorrido en bicicleta desde Puebla. La idea era viajar hacia el norte, pero se metió la pandemia, entonces cuando pasó todo, lo que hicimos fue visitar sitios que nos recomendaban los conocidos”, relató.

Cuenta que ha experimentado viajar acompañada y sola. Precisa que son experiencias totalmente diferente, que recomienda vivir.

 

 

 

 

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Ha disfrutado de las maravillas de Tlaxcala, Veracruz, Hidalgo, Querétaro, Guanajuato, Michoacán, Colima, Jalisco, Nayarit, Zacatecas, Aguascalientes, San Luis Potosí, Nuevo León, Coahuila, Chihuahua, Sonora, Baja California, Sinaloa, Durango, Tamaulipas, Querétaro, Estado de México, y Guerrero, donde está en estos momentos.

Estos 23 estados no alcanzan a medirse con el sin fin de experiencias que cuenta la chica del Caribe con su cabello al natural. Cuenta que se ha disfrutado cada momento y ha llenado su corazón y su mente de hermosos recuerdos.

“La idea de viajar siempre me había llamado la atención sobre todo que en Panamá llegan muchos turistas. Nunca había pensado que se podía hacer en bicicleta hasta que pues conocí a Álvaro y fue como claro, la bicicleta sería súper chévere, o sea es como más aventura. Además, tienes la ventaja de que eres un poco más independiente, como que tienes tu propia movilidad y tiempo”, relató la barranquillera.

Pero no todo es tan fácil como parece. Evelyn cuenta cómo hacen para pasar sus noches y poder descansar un poco después de un trajinado día.

“Por lo general nos quedamos en lugares donde haya estaciones de bomberos, allí siempre llegamos porque es como una tradición en toda Latinoamérica a todos los que viajan en bici, los bomberos les reciben. Y cuando no hay, pues vamos a una iglesia y pedimos como un patio para poner la tienda de campaña o también llevamos colchonetas inflables para dormir en cualquier lado”, narró.

No pueden faltar las mantas para el frío, pues eso sirve para “adaptarse a cualquier lugar”, como dice ella.

Pero, ¿cómo se financian los viajeros?

Evelyn, como buena artista, relata que cuando está en sitios muy turísticos aprovecha para tocar a su mejor amiga la viola, con la que enamora los oídos de propios y foráneos.

“En algunos lugares turísticos me quedo para trabajar más tiempo, y así ahorro un poco de dinero y seguir. Hay lugares donde si rentamos un lugar o a veces en hostales y así”.

“Yo toco en las plazas, en restaurantes y en los eventos que surjan. Mi novio escribe cómo unos relatos del viaje con unas pequeñas historias cortas y sale a venderlas también. Y yo, ahora mismo estoy trabajando como en postales ilustradas con cosas que me pasan en el viaje, es como una caricatura de mí en la bici y así”, se refiere.

Cuenta que, en la Sierra de Tarahumara, en el estado de Chihuahua, un pueblito chiquitico y golpeado por la situación de las bandas delincuenciales, es la parte donde pasaron momentos muy especiales.

“La gente era súper querida, yo hablé con un habitante de ahí le di mi Facebook, y en unas cuantas horas no sé cómo hizo, pero todo el pueblo sabía que una colombiana estaba de visita, entonces me contrataron para varias fiestas, reuniones y unos 15 años para que tocara la viola”, dijo Evelyn muy emocionada.

“Yo estaba en chancletas, imagínate eso y yo pensaba bueno, qué vergüenza yo estoy aquí en chancletas, porque no tuve mi tiempo de arreglarme ni nada y toda la gente aquí super arreglada y maquillada. Pero no, yo toqué, y la quinceañera estaba llorando y todo el mundo quería fotos conmigo y empezaron a hacer fila para poner dinero en el estuche, porque alguien había agarrado el micrófono y contó que yo venía viajando en bicicleta y todo el mundo, qué emoción no sé qué, y bueno estuve el resto de la noche haciéndome fotos con todo el mundo, con todos los niños del pueblo, o sea, una locura, una locura de verdad, son momentos que nunca voy a olvidar”.

De todas estas lindas experiencias la joven exterioriza que ha logrado una percepción de la vida diferente, y de lograr ver las capacidades que cada uno tiene, pero no se da cuenta.

“Yo me acuerdo al principio del viaje que yo pensaba que era algo demasiado difícil para mí, creía que no iba a ser posible para mí o que yo físicamente no iba a poder, porque antes de esto, yo no hacía ningún deporte y cuando lo intentaba acababa muerta pensaba, no, no creo, no me veo capaz, pero realmente es como que uno nunca es consciente de lo que puede lograr hacer”, reflexionó.

Evelyn ha conocido la bondad de los mexicanos, pues afirma que son muy colaboradores. A donde va le preguntan qué necesitan y están muy pendientes de ellos.

“Me ha pasado que me para la gente a darme dinero, me piden una foto y cuando se enteran de lo que estoy haciendo me ofrecen dinero para ayudarme con el viaje, o nos llevan comida o agua”.

Su idea es conocer África y Asia en su bicicleta, por lo que busca apoyo de personas, que conozcan su historia.

“Yo tengo mi Instagram y Facebook que se llama @lacaballera.pedaleante donde muestro todos nuestros viajes, y los lugares donde hemos estado. Mi novio tiene un canal de YouTube donde también cuelga los videos de nuestras aventuras”.

Sueña con conocer todas las cultura posibles, mantenerse con ese estilo de vida y con un ligero equipaje.